¡Lealtad!
Hace poco un amigo (que es empresario) me dijo: “Le compro al mismo proveedor por más de treinta años, yo sé que hay gente que vende más barato, pero le debo lealtad por la relación que tenemos”.
Desgraciadamente esta no es la regla con todos.
En esta sociedad moderna, muchos se venden por un bocado de pan. Muchos pondrán en riesgo amistades fieles y sinceras con tal de sacar un provecho inmediato.
Quizá sea un espíritu de egoísmo el que manipule esta falta de lealtad.
Pablo dice: “Porque todos buscan sus propios intereses, no los de Cristo Jesús”. Filipenses 2:21 (BLA)
El espíritu de Giezi
Todo ministerio necesita gente fiel y leal a la visión de dicho organismo. Lamentablemente es usual ver poca lealtad en aquellos que fueron llamados a ayudar.
Giezi, hubiese recibido cuatro porciones del espíritu de Elías (si seguimos la misma matemática de herencia espiritual que Elías le pasó a Eliseo). Sin embargo, Giezi no respetó la decisión de Eliseo de “no tomar nada” de Naamán el sirio.
Para Giezi valió más recibir una gratificación instantánea yendo tras Naamán y con mentiras para sacarle “un talento de plata y dos mudas de ropa”. (2 Reyes 5:21,22)
¡Qué visión tan corta! Cambió el favor de Eliseo, el privilegio de servir al lado de un hombre de Dios por una limosna de dinero y dos mudas de ropa.
He visto personas abusar de la confianza.
Hace poco tiempo fui a una estación de servicio a llevar el auto de mi esposa, y un obrero (a escondidas del dueño) se acercó a darme su tarjeta de presentación, diciéndome que él lo podía hacer más barato en su tiempo libre.
Este estaba desviando a la clientela de su empleador para sacar su propio interés. Abusando de la confianza que su empleador le había tenido al permitirle estar en contacto directo con los clientes de la empresa. Ya usted se imagina cual fue mi respuesta.
Desgraciadamente esto sucede en varios niveles incluyendo el ministerio.
Hay personas que se aprovechan de contactos que les fueron concedidos en la confianza de trabajar en algún proyecto para abrirse puertas y sacar provecho para sí mismos. Es triste, porque en ese tipo de proceder se cierran la oportunidad de volver a ser confiados.
La lealtad se rompe igual que la cascara de un huevo, el que la rompe puede ser perdonado inmediatamente pero la confianza es muy difícil de reparar. ̶ ̶̶ El Autor.
Resumen: Tu dádiva te va a llevar delante de los grandes (Proverbios 18:16), pero cuando estés delante de un grande, se agradecido y fiel, no sea que por unas migajas de pan pierdas el privilegio que Dios te había concedido.
“La lealtad tiene un corazón tranquilo” ̶ William Shakespeare
J.A.Pérez es autor de varios libros. Una lista de libros recientes pueden ser encontrados en:
https://www.japerez.com/recursos