Tu eres el mejor tu. Eres única(o). Nadie puede hacer lo que tu haces mejor que tu. Tu don especial, es tuyo. No tienes necesidad de ser una copia, cuando Dios te ha hecho un original.
Aun así, un gran número de personas en el ministerio (pastores, músicos, ministros) viven copiando todo lo que otros hacen.
Cada vez que ven a alguien haciendo algo especial (o no muy especial), enseguida estos quieren hacer lo mismo.
Mi propósito al escribir estas lineas es sacarte de la prisión de infelicidad que produce estar queriendo hacer lo que otros hacen todo el tiempo, penetrarte al reposo que viene de la seguridad de saber quien eres y qué te ha dado Dios (en especial y únicamente a ti).
Carpas y más carpas
A principio de los años 90, mi esposa y yo estábamos dedicados tiempo completo al trabajo de evangelismo misionero.
En esos años, viajábamos con una carpa (que al principio era pequeña y luego llegó a sentar a cientos de personas en cada servicio), teníamos un hermoso equipo de gente dedicada que amaban a Dios, las misiones y a nosotros de tal manera que habían dejado todo para servir a Dios tiempo completo en las misiones.
Viajábamos de una ciudad a otra. Plantábamos la carpa y estábamos en una ciudad entre 3 y 8 semanas. Cada noche predicando las buenas noticias y cientos venían a Cristo en cada cruzada.
Fueron años muy fructíferos. Miles vinieron a Cristo. Algunos llegaron a calificar este período como uno de avivamiento. Fueron años gloriosos, pero muy sacrificados.
Mover una caravana de camiones, trailers, poner y quitar una carpa (de 10 torres), dar mantenimiento a los equipos, roturas mecánicas, sonido, electricidad, combustible, y la oposición espiritual que recibíamos podía ser a veces desgastante. Era un alto precio que pagar. A veces llegamos a estar de gira 9 meses consecutivos sin regresar a casa. El Señor siempre nos respaldó y milagrosamente suplió todo lo que necesitábamos todo el tiempo durante todos esos años.
Es interesante que en muchas ocasiones cuando habíamos terminado el trabajo en una ciudad al retirarnos, nos dábamos cuenta que ya se habían levantado 2 o 3 carpas.
Lo interesante es que duraban poco tiempo. Varios ministerios intentaron hacer lo mismo que nosotros estábamos haciendo, pero al ver lo difícil que era, estos abandonaban todo intento, a veces en el primer mes.
¿Por qué? ¿Acaso eramos nosotros mejores que ellos?
No. De ninguna manera. Siempre supimos que no teníamos nada especial. Cualquier otro ministerio lo hubiera hecho mejor que nosotros.
La única diferencia entre estos y nosotros era que a nosotros Dios nos había llamado a esta labor. Desde años antes Él ya había depositado la visión en mi corazón.
Recuerdo los días cuando dibujaba la carpa en servilletas cuando visitaba un restaurante. Hasta llegué a diseñar una maqueta a escala, con luces y todo. La carpa era mi pasión, mi visión, y cuando llegó el tiempo de levantarla, estaba listo. Así es cuando Dios te llama a hacer algo.
Aquellos que quisieron hacer lo que nosotros estábamos haciendo, veían lo glorioso de los servicios, veían los frutos, sentían la presencia de Dios cuando visitaban nuestra carpa, pero no sabían del sacrificio y el compromiso que tomaba hacer algo así.
Nosotros estábamos siendo fieles en el carril al que Dios nos había llamado. Ellos necesitaban descubrir su propio carril.
Este es un patrón que hemos visto durante años en cada cosa que hacemos. No importa lo que hagamos, siempre hay alguien que se emociona y quiere hacerlo igual.
Así pasó con los festivales, con la escuelas de entrenamiento y con otros alcances y proyectos. Siempre alguien quiere hacer lo mismo.
Esto es muy triste, pues al estar tratando de competir y copiar, pierden un precioso tiempo que pudieran invertir descubriendo sus dones y llamado —creciendo a su mayor potencial— dentro de lo que Dios tiene para ellos, que es único y específico.
¿Qué motiva a alguien a copiar?
Pablo tuvo que lidiar con cosas similares en su tiempo y de él aprendemos algunas de las cosas que motivan a quienes copian.
1- Competencia
Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Filipenses 1:15
La palabra ‘competencia’ no es usada en la Reina Valera 1960. Dice ‘envidia y contienda’ (lo cual suena peor), pero la NTV ‘celos y rivalidad’.
Es cierto que algunos predican acerca de Cristo por celos y rivalidad, pero otros lo hacen con intenciones puras. Filipenses 1:15 NTV
La palabra ‘competencia’ se puede traducir ‘rivalidad’ y quizá sea la traducción más aceptada en la mayor parte de Latinoamérica. Muchos asocian la palabra competencia con ser ‘competente o apto’, y en ese aspecto no sería problema, más en este caso lo asociaremos con su otro significado que es ‘rivalidad’.
La rivalidad es impulsada por celos o envidia. Es cuando alguien quiere tener lo que otro tiene.
De hecho, hay personas que se acercan a tu vida, no porque quieren lo que tu quieres, sino porque quieren lo que tu tienes.
De los tales debes tener cuidado. No porque puedan quitarte algo, (pues nadie puede quitarte lo que Cristo te ha dado), mas porque son personas que roban tiempo y energía (esto es otro tema, ver ‘La túnica de colores y por qué tus amigos te odian’).
2- Inseguridad
Otra razón por la cual algunos prefieren copiar a otros en lugar de ser originales es por inseguridad.
Si no sabes que eres un original, intentarás ser una copia.
Cuando hay falta de identidad, y no estamos seguros de nuestro llamado, entonces andaremos intentando por otras partes, pero cuando conocemos cual es el don que Dios ha puesto en nosotros, prestamos atención, lo cuidamos, lo ejercitamos y crecemos en ello.
Presta atención al don que está en ti. Mira lo que dice Pablo a Timoteo.
No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. 1 Timoteo 4:14
¿Cómo ser únicos y diferentes?
Primero, identifica cual es tu don. ¿A qué te ha llamado el Señor?
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 1 Corintios 12:4
Si hay diversidad de dones, y en este caso ‘gran diversidad’ pues la lista de dones es larga y aun dentro de cada don hay diferentes expresiones.
Por ejemplo: Hospedar.
Hay gente que tiene la gracia de hospedar a otros. Pero no todas las maneras de hospedar son iguales.
Cuando hablamos de dones no solamente hablamos de dones específicos (como lo son los dones del Espíritu), también hablamos de dones de servicio de la misma manera que hablamos de dones de ministerio.
Ahí mismo en 1ra de Corintios continúa diciendo:
Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 1 Corintios 12:5
Entonces hay diversidad de dones y diversidad de ministerios.
Predicar. El don es uno, pero usted puede ver la gran cantidad de estilos y aún especialidades. Algunos predicadores han sido llamados a concentrarse en un tema específico, sea fe, sea escatología, sea evangelismo.
Pablo le dice a Timoteo: haz obra de evangelista.
Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 2 Timoteo 4:5
¿Se ha dado cuenta usted la cantidad de evangelistas que hay en el cuerpo de Cristo y todos son diferentes?
Cuando hemos hecho festivales en Latinoamérica, una de las ventajas en este tipo de proyectos es la variedad de ministerios que operan en unidad en un solo lugar.
En un festival, tenemos en un mismo equipo, aquellos que tienen ministerios para alcanzar a niños, unos usan títeres, otros artes, otros música.
Hay evangelistas que se especializan en ganar a adolescentes, unos por medio de deportes extremos, otros por medio de la música.
Aun dentro de un mismo ministerio por específico que sea, existen varias expresiones que se activan de acuerdo a la audiencia, cultura o generación.
Mire otra vez lo que dice Pablo.
Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 1 Corintios 9:22
El evangelio ha sido el mismo por más de 2000 años, el mensaje no cambia, pero la forma y el estilo, los medios y las estrategias, se pueden y se deben adaptar a cada generación… “a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos”, es la manera de Pablo.
Como dice mi mentor el hermano Luis Palau: “El evangelio se sagrado pero el modelo no”.
Entonces mi pregunta para usted es:
Si hay tanta diversidad de dones, operaciones y ministerios, ¿por qué habría usted de tratar de copiar a otros?
No es necesario. usted es único.
Todo lo que tiene que hacer es encontrar su carril.
Cuando usted corre en su carril, usted es efectiva(o). Corre libre, corre con gozo, en paz y disfruta hacerlo pues con conciencia limpia usted está siendo un original.
Corramos la carrera, pero corramos en nuestro propio carril. Así llegaremos bien.
Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire… 1 Corintios 9:26
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