“toda excelencia de obras despierta la envidia… Eclesiastés 4:4”
Ese es el precio que hay que pagar cuando hacemos las cosas con el favor de Dios.
Isaac fue muy prosperado por Dios a causa de una siembra que rindió gran cosecha en ese mismo año.
Dice la Biblia:
“Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. 26:12-14″
Fue muy bendecido, sin embargo NO pudo evitar que los filisteos le tuvieran envidia.
Quizá ese sea uno de los estragos de la abundancia.
El otro estrago que trae la abundancia es la persecución.
Jesús dijo:
“De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Marcos 10:29-30”
¿Qué prefieres, vivir en escasez y que todos hablen bien de ti, o disfrutar del favor de Dios en tu vida aunque algunos te persigan a causa de la envidia?