Recuerdo la frase del Tibetano que había secuestrado a Lamont Cranston (en la película “The Shadow” 1994). Después de haberle secuestrado, le tiene frente al templo a donde le llevará para ser entrenado por el Tulku, Lamont no puede ver el templo, el cual aparentemente está cubierto por nubes. Resulta que esas nubes están en la mente de Lamont y esto queda claro al oír la famosa frase de su secuestrador… “The clouded mind sees nothing”.
La mente nublada no puede ver nada.
Dice Hebreos 5:14 que “el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”.
¿Qué significa tener los sentidos ejercitados?
En pocas palabras… “estar despierto”.
Usted puede perder grandes oportunidades desde oportunidades para servir a Dios, hasta oportunidades de negocios solo por el hecho de no estar listo en el momento en que esa oportunidad se presenta.
Una ciudad entera puede perder una oportunidad, por ejemplo, Jesús hablando a Jerusalén le dice:
“…te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación” Lucas 19:44
Esta ciudad fue visitada por Dios (Jesucristo hecho carne) y no lo reconoció, y las consecuencias de perder esa oportunidad fueron horribles. Por causa de no haber “reconocido el tiempo de su visitación” esta ciudad fue completamente destruida. Esto se cumplió en el añ0 70 D.C., y se cumplió literalmente puesto que no quedó piedra sobre piedra.
Le voy a hablar de tres barreras que nos impiden ver esas oportunidades.
1- Equipaje (o bagaje)
Vivir en el pasado (o arrastrando cosas del pasado) te impide ver oportunidades. Hay personas que tienen sus vidas tan complicadas por asuntos de atrás que todavía no han resuelto, que cuando viene una oportunidad de progresar, de servir a Dios, o de negocio, no la pueden ver. Yo he visto a esas mismas personas quejarse y decir que la vida no ha sido justa con ellas.
Este patrón es tan peligroso, que ves a personas que han salido de una relación traumática, entrar en otra relación igual de destructiva que la primera. Su oportunidad de romper el patrón estuvo delante de ellas pero no la vieron.
¿Qué cree usted que pasó con la mujer que estaba junto al pozo de Jacob cuando Jesús le dijo: “Dame de beber agua”?
Esta mujer ya había estado casada cinco veces. ¿Qué haría que una persona tropiece cinco veces con la misma piedra? ¿Será, que no ha estado prestando atención a las cosas que le causaron problemas en su primer matrimonio?
¿Puede una persona estar tan distraída, al punto de continuar cometiendo el mismo error una y otra vez? ¿No sería que esta mujer se trajo los problemas del primer matrimonio y los insertó?
Es como su hubieses comprado una computadora nueva, pero le metiste los Virus que tenías en tu antigua computadora, y ahora esta tiene los mismos problemas que la anterior.
Debemos dejar el pasado en el pasado para poder ver el presente.
2- Muchos compromisos.
Tenemos muchas cosas entre manos.
A veces estamos tratando de manejar tantas cosas a la vez, que nuestra vida se complica al punto que no podemos ver nuevas oportunidades.
Muchas citas, muchos eventos sociales, muchos cumpleaños, muchos Emails, mucho entretenimiento, tenemos que quedar bien con mucha gente.
Nuestras vidas pueden estar tan congestionadas con compromisos y cosas, que cuando viene una buena oportunidad de servir a Dios o de un negocio no la vemos.
Necesitamos a aprender a ser selectivos en aquellas cosas en que nos comprometemos, yo he dicho antes que “Decir que No es un arte”.
Necesitamos aprender a decir que no a todas aquellas cosas que nos distraen y no son nada productivas.
Si no abrimos espacio para nuevas oportunidades, no podremos nunca experimentarlas pues no tendremos lugar para ellas.
Para ver nuevas oportunidades debemos prepararnos
Yo sugiero que hagamos una lista de prioridades y pongamos en orden las cosas que son verdaderamente importantes, aquellas que merecen nuestro tiempo y atención, aquellas que verdaderamente bendicen a alguien.
Necesitamos tener los sentidos bien ejercitados para discernir entre las cosas que valen la pena y aquellas que solamente nos roban tiempo y energía.
3- Incomunicación
Para reconocer que algo viene de Dios, necesitamos mantener el dialogo abierto. Si no oímos a Dios lo suficiente, no podremos ver cuando algo viene de parte de él.
Dios nos ofrece oportunidades.
Dios pone delante de nosotros la oportunidad de servirle.
En muchas ocasiones la oportunidad de servir a Dios está delante de nosotros. Es tan sencilla como “unirnos” a algo que Dios ya está haciendo en algún lugar. Debemos estar en comunión con él para que nuestros ojos puedan ver esas oportunidades.
Dios nos muestra cuando hay una genuina necesidad.
A veces queremos servir a Dios y si lo hacemos por nuestras propias fuerzas podríamos esta ministrando donde no hay necesidad.
Yo he hecho la costumbre de orar a Dios para que me muestre donde hay una genuina necesidad. Una vez que identifico donde esa necesidad existe, entonces so tendré que responder a la necesidad. Haciendo esto estoy seguro de estar en la perfecta voluntad de Dios… eso es realmente ministerio.