“El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia Que el que lisonjea con la lengua. Proverbios 28:23”
Nuestro insaciable hambre por reconocimiento y admiración nos puede alejar de los sinceros amigos y rodearnos de gente carnal que adornarán con palabras nuestro ego con el fin de conseguir nuestro favor y así cumplir sus más despiadados intereses.
Necesitamos estar rodeados de gente que nos ama y no necesariamente nos dice lo que queremos oír. El amor verdadero “se goza de la verdad 1 Cor 13:6”
Cuidado de quien te rodeas.