” llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo 2 Corintios 10:5″
Esta lucha es mucho más verdadera que “andar golpeando los aires”.
Tenemos la tendencia de sentirnos condenados por haber tenido un mal pensamiento. La realidad es que “pensamientos van a penetrar tu mente” y la victoria consiste en aplicar lo que Cristo ya logró en la Cruz, a ese pensamiento.
Los pensamientos tienen voluntad.
Pablo dice que: “nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos (Ef 2:3)” entonces podemos decidir no hacer la voluntad de esos pensamientos. En otras palabras, podemos decir NO a la proposición que nuestra mente nos da.
Así, nuestra voluntad está sometida a lo que está escrito en su palabra, no a lo que podemos recibir de nuestros pensamiento. Y si nuestros pensamientos son sometidos a la palabra de Dios, cuando un pensamiento ajeno a su voluntad entra, podemos detectarlo y marcarlo inmediatamente.