“Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos. Oseas 14:4”
Dios no está enojado contigo.
Aun cuando te hayas rebelado contra El. Aun cuando le hayas fallado.
Su amor por ti no depende de tu esfuerzo por ser mejor o aun tu esfuerzo por agradarle.
El YA se agrada de ti.
No es por lo que tu hagas, sino por lo que Cristo hizo en la Cruz. Cristo tomó tu lugar y su sacrificio fue AGRADABLE lo suficiente para alejar la ira de Dios de tu vida PARA SIEMPRE.
La base de su amor por ti es “favor inmerecido”. No lo merecemos, pero El nos ama de todas formas.
Di conmigo en voz alta: ¡La Ira de Dios se ha apartado de mi para siempre!