Y el sol se detuvo y la luna se paró



Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel. Josué 10:12-14


Quizá hay cosas que quieres y Dios te ha mandado a hacer, y tus continuas luchas no te lo han permitido lograr. Luchas internas, batallas entre tu (tu espíritu) y tu carne.
Hoy tenemos una buena noticia. “Dios te espera”.
El ha sido paciente y está dispuesto a detener el tiempo “por ti”, hasta que tu resuelvas tu conflicto.
Y no vivirás para siembre en tu lucha. 
La Fe dicta que mientras el sol y la luna se detienen, tu conquistes a ese enemigo interior que trata de avergonzarte. Y una vez que aceptes que “SU Gracia es suficiente” y el sacrificio perfecto de Cristo en la cruz te ha otorgado tu victoria… entonces pares de luchar, y entres en el reposo de aquellos que han creído, y que la luna y el sol continúen su curso… porque entrar en el reposo ha determinado que has ganado la batalla y tu paz está completa.
Hoy, damos gracias a Dios, pues ha detenido el curso del tiempo para esperarnos. Y determinamos que no le haremos esperar más, pues nuestra batalla no es ganada en nuestras fuerzas, mas fue lograda por Cristo quien no ha otorgado ya la victoria. En Cristo Jesús. Amén.

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