Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Traedme una vasija nueva, y poned en ella sal. Y se la trajeron. Y saliendo él a los manantiales de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad. Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo. 2 Reyes 2:19-22.
Dios creó todo de la nada. La luz, el universo, las lumbreras, la tierra… y luego tomó sustancia ya creada (polvo de la tierra) y formó al hombre. Hay milagros que Dios hace que vienen de la nada y hay milagros en lo que Dios usa cosas creadas. Los profetas entendieron esto, y lo vemos repetidas veces en la Biblia. Jesús en una ocasión escupió en tierra e hizo lodo para sanar a un ciego (lo veremos más adelante), y Eliseo en este milagro usa (guiado por el Espíritu de Dios) el mismo principio usando sal. En realidad nu fue la sal la que produjo el milagro y tampoco fue el profeta.
El milagro lo hizo Dios todopoderoso. El mismo Dios usará cosas, gentes, circunstancias para entregarte el milagro que tu necesitas. El es soberano y puede usar lo que él quiera y a quien él quiera.
No cierres tus opciones. Mantente abierto(a) a las posibilidades. El reina sobre todo instrumento.
Señor, Hoy rompemos esquemas e ideas pre-concebidas y creemos que tu eres poderoso para usar a quien tu quieras o el medio que tu quieras para responder a mi oración. Para ti no hay nada imposible. De antemano te agradezco y glorifico tu nombre por lo que tu harás. En el nombre de Jesús. Amen.