Este no es un libro de promesas lineales. Tampoco presenta fórmulas en cuanto a cómo enriquecerse o crecer en bienes temporales. Dios está más interesado en prosperar el área espiritual de tu vida, que en darte cosas que sencillamente se destruyen con el uso.
Prosperar incluye crecer en comunión con Dios, paz, tranquilidad, gozo, alegría, sanas relaciones, y por supuesto, que todas tus necesidades sean suplidas conforme a sus riquezas en gloria. Visitando un tema que ha sido muy abusado, el autor nos presenta un balance bíblico sano, que nos ayudará a crecer en el área de nuestras finanzas mientras aprendemos a mantener nuestras prioridades espirituales en orden —de la manera en que agrada a Dios.