Eliseo ordenó a Naamán que se bañara en el Jordán para sanarse de la lepra (2 Reyes 5:1-19), y anunció a Gizei que esta lepra se quedaría pegada siempre a él debido a su codicia.
Que pasaje tan tremendo y cuantas enseñanzas en un solo relato.
De la misma manera en que Eliseo dio instrucciones específicas a Naamán cuando le envió a decir: “Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio v.10”; así, Su Espíritu en ocasiones nos entrega instrucciones específicas en cuanto a cómo recibir tu milagro. No debes dudar en seguir la voz de su Espíritu, aunque parezca algo fuera de lo común, él nunca se equivoca.
Confía en su voz, y serás libre de tu lepra (enfermedad, adicción o cualquier otra cosa que te aflija).
En este pasaje vemos como la obediencia quitó lepra y la desobediencia trajo lepra.
Hoy somos obedientes a su voz y nos atrevemos a creen y a seguir la guianza de Su Espíritu. En Cristo Jesús. Amén.